La función principal de un inhibidor es la seguridad, ya que hoy en día las telecomunicaciones se han extendido de tal forma que resulta muy sencillo que hackers, empresas y otros organismos monitoricen a los usuarios de telecomunicaciones. Dentro de la seguridad están la prevención de actos vandálicos, evitar el robo de informaciones de empresas, evitar la activación de ingenios explosivos a distancia, o la activación de automatismos que puedan poner en riesgo la vida de las personas. Con fines de seguridad, son la policía y las empresas de seguridad los principales usuarios de sistemas de inhibición de frecuencias, para asegurar la vida de los agentes (en operaciones tácticas) o de ciudadanos, seguridad en cuarteles o comisarías de policía y en centros penitenciarios, para evitar las comunicaciones de los presos con cómplices, colaboradores o para evitar que sigan cometiéndose actos delictivos. También es usado para protección de personalidades, protección de vehículos VIP y de altos mandatarios, donde son de uso obligado, sobre todo para evitar activaciones de explosivos a distancia.
El uso civil de los inhibidores de frecuencias es muy extenso, principalmente se usa para ofrecer seguridad a reuniones de empresas y evitar fugas de información, resulta muy eficaz para evitar que los alumnos copien en exámenes y oposiciones, ya que el uso de chuletas electrónicas y pinganillos espía, están muy extendidos gracias a la facilidad de uso de las nuevas tecnologías de telecomunicaciones. Los inhibidores de frecuencia, son un gran activo para prevenir llamadas indeseadas en ámbitos sociales como conferencias, asambleas, cines, iglesias, etc.
El uso militar o policial se centra en el uso de inhibidores de frecuencias móviles para operaciones tácticas, con la finalidad de evitar la acción de explosivos a distancia, o para evitar que los objetivos puedan comunicarse para pedir refuerzos o para delatar la posición de los equipos tácticos.
Inhibidores en Edificios, instituciones, recintos:
En determinadas áreas de seguridad es necesario inhibir las comunicaciones tanto entrantes como salientes. Principalmente para evitar el espionaje mediante el uso no autorizado de dispositivos de comunicación con el exterior, tanto teléfonos móviles, cámaras o micro cámaras, micrófonos, transmisiones de datos, etc. Aunque estos dispositivos pueden bloquear las frecuencias más convencionales, no siempre puede bloquear todas las frecuencias del espectro de telecomunicaciones. El método más seguro conocido es la jaula de Faraday, que consiste en el revestimiento total (del lugar) por una jaula de metal que bloquearía las comunicaciones externas, y a su vez las internas, no es factible ni es práctico, ya que quedaría el lugar totalmente aislado impidiendo las comunicaciones deseadas.
Inhibidores en vehículos
Estos inhibidores se colocan en la mayoría de vehículos oficiales, para evitar graves riesgos en la seguridad, como pueden ser ataques terroristas u opositores del gobierno. Suelen tener un rango medio, aunque evidentemente no disponen de todas las frecuencias, pero su finalidad es ofrecer una burbuja de inhibición suficiente como para evitar un impacto directo de un artefacto explosivo. También se usa para evitar riesgos en la seguridad, por ejemplo con localizaciones de posición del vehículo. Para altos dignatarios o personas VIP, se usa junto a una protección balística, convirtiendo al vehículo en un acorazado ante cualquier circunstancia.
Inhibidores para uso personal
Estos inhibidores se basan generalmente en frecuencias móviles, son usados principalmente para evitar riesgos en la privacidad, suelen llevarse para reuniones de empresa, o por comerciales de ventas, para evitar ser molestados (tanto el como el cliente) y poder permanecer centrados en la conversación, o evitar que se robe la información mediante comunicación móvil. También es de uso común los inhibidores de localizadores GPS, utilizados para evitar el seguimiento no deseado por terceras personas. Otros usos característicos es el uso por parte de profesores en exámenes, por sacerdotes para evitar molestas interrupciones, etc.
Inhibidores para uso delictivo
Desde un cuchillo a un coche, todo objeto, aparato o medio es susceptible de ser usado con fines delictivos, por lo que los inhibidores en ocasiones son usados por una persona o colectivo con fines de protesta, para hacer prevalecer una idea coartando a los demás, puede ser usado por agentes externos o internos de la empresa para dificultar las actividades empresariales o como venganza.
También pueden ser usados por delincuentes para bloquear alarmas de vehículos, o para evitar que puedan saber la localización de vehículos robados. Determinadas alarmas de domicilio básicas, que no están conectadas a un CRA (Central de Alarmas), pueden verse afectadas por inhibidores que operan en dichas frecuencias, y en ocasiones que estén conectadas a un CRA no es garantía.
Lo que los ladrones desconocen es que hay algunas alarmas conectadas y en transmisión periódica a un CRA, y suelen ser monitorizadas continuamente, por lo que una ausencia en la comunicación provoca que inmediatamente se active la alarma, y por lo tanto un aviso inmediato a la policía. Por lo que los mismos ladrones se convierten en delatores de sí mismos. Si bien hay que decir que este servicio es complementario y no lo ofrece la mayoría, igual que las alarmas con detectores de inhibidores o las que funcionan en SIGFOX.
El uso de inhibidores de forma arbitraria y/o maliciosa para la inhibición de frecuencias de telecomunicaciones está gravemente penado en la mayoría de ordenamientos jurídicos. En muchos países se requiere una licencia administrativa para su uso.